En Paris las vitrinas de lujo dan paso a las vitrinas del horror. Hay que ver las cosas que puede uno encontrar en las vitrinas parisinas! Para la muestra ésta preciosidad ante la cual uno no puede sino quedar perplejo! Ir caminando por una calle cualquiera y de un momento a otro tropezarse con una vitrina llena de ratas muertas, algunas desde hace más de cien años, merece unas cuantas letras.
La boutique en cuestión funciona en el mismo lugar desde 1877 y es el lugar “incontournable” de quienes desean exterminar cualquier tipo de roedor que se acerque a sus sacrosantos aposentos. Y en materia de exterminación, hay para todos los gustos: tradicionales trampas desnucadoras, precisas dosis de veneno que no solo matan sino que disecan “ipso facto” para que el muerto no huela a muerto y quede como con orgullo se muestra en la vitrina, y tal vez lo más perverso: el pegante ultra fuerte con “sabor a cacahuate” para que las pobres ratas se queden adheridas al suelo y después pueda uno acabarlas a escobazos.
Lo que el vendedor nunca precisa es que el delicioso pegante con sabor a cacahuate es un artificio de crueldad extrema. La rata al ver que se ha quedado pegada, inmediatamente reacciona y toma conciencia de lo que le espera, razón por la cual, en un acto de desespero incomprensible y por tratar de liberarse, se muerde sus patas delanteras y traseras, hasta arrancárselas para quedar inmóvil como una bolita de pelos con cola y cabeza que a la mañana siguiente será encontrada perfectamente disecada. Ya quisiera yo llenarle la cama a ese vendedor desgraciado de pegante con sabor a cacahuate!
Lo que el vendedor nunca precisa es que el delicioso pegante con sabor a cacahuate es un artificio de crueldad extrema. La rata al ver que se ha quedado pegada, inmediatamente reacciona y toma conciencia de lo que le espera, razón por la cual, en un acto de desespero incomprensible y por tratar de liberarse, se muerde sus patas delanteras y traseras, hasta arrancárselas para quedar inmóvil como una bolita de pelos con cola y cabeza que a la mañana siguiente será encontrada perfectamente disecada. Ya quisiera yo llenarle la cama a ese vendedor desgraciado de pegante con sabor a cacahuate!
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